miércoles, 28 de octubre de 2009

La NASA lanzo el cohete Ares I-X

El cohete espacial Ares-1-X, que pertenece a la nueva generación de aeronaves espaciales desarrolladas por la NASA, y actualmente se ha completado con éxito su vuelo de prueba sobre el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, en Florida.

El cohete, de unos 100 metros de altura, fue lanzado al espacio en un ensayo que la agencia espacial estadounidense NASA espera provea información crucial sobre la tecnología que reemplazará a la flota de transbordadores espaciales.

El cohete llevó un módulo simulador de tripulación a una altura de 46 kilómetros en su vuelo, que duró 369 segundos. La cápsula se separó del cohete a unos 40 kilómetros por encima del Océano Atlántico antes de caer de nuevo a la Tierra con un paracaídas. En una trayectoria separada, el cohete Ares se precipitó asimismo en un paracaídas de recuperación equipado con sensores, que también ayudarán a los científicos a recabar datos sobre sus rendimiento.

La prueba del Ares-1-X fue esperada con gran expectación, ya que es uno de los dos nuevos cohetes espaciales planeados por la NASA en el marco de su programa Constelación, que reemplazará a los transbordadores. Este vuelo fue el primero de tres vuelos de prueba del nuevo programa espacial de la NASA.

La prueba se realizó tras varios aplazamientos por mal tiempo. La principal preocupación de la NASA era que las nubes cubrieran la plataforma de lanzamiento, lo que podría haber causado lo que los científicos denominan tribo-electrificación, es decir, estática potencial generada por el vuelo a través de las nubes, lo que podría haber afectado el funcionamiento de los aparatos de comunicación de la aeronave.

El Ares-1 se utilizaría para trasladar a astronautas a órbitas cercanas a la Tierra, incluida la Estación Espacial Internacional (ISS), a bordo de la cápsula de tercera generación Orión. Más adelante está previsto fabricar una versión más potente, el Ares-5 para transportar astronautas a la Luna y a mayores distancias.

La NASA colocó cientos de sensores en el cohete para reunir información durante el vuelo de prueba, que costó 445 millones de dólares, para determinar la seguridad y efectividad del cohete. El test simuló la trayectoria que haría un cohete Ares portador de una cápsula tripulada Orión, que podría alcanzar hasta cuatro veces la velocidad del sonido. Además de la cápsula similar al Orión, llevó un cohete extra para simular lo más fielmente posible las condiciones actuales.

Los ingenieros usarán los datos del test para evaluar los sistemas de control de vuelo y controlar la fuerza que hace que el cohete rote cuando vuela. La NASA también observará detenidamente la separación del cohete y el sistema de recuperación del mismo.

Pero el desarrollo del programa y el Ares podrían estar en riesgo debido a la revisión dispuesta por el presidente Barack Obama del programa espacial de Estados Unidos. Una comisión independiente dijo este mes que la NASA no estará lista para enviar astronautas al espacio con estos nuevos cohetes hasta al menos el año 2017, es decir dos años más que lo previsto.

Esto amplía la brecha entre el retiro de los transbordadores el año próximo y la implementación del nuevo vehículo, por lo que Estados Unidos dependerá de las naves espaciales rusas para sus viajes a la Estación Espacial Internacional (ISS).

El panel de revisión también sugirió que las autoridades deberían considerar el uso de vehículos comerciales para llevar a humanos a órbitas cercanas a la Tierra, en lugar de usar Ares 1, lo que permitiría a la NASA centrar su atención en viajes más largos. Sin embargo, científicos de la NASA dijeron que, sin importar qué decisión política se tome, la prueba del Ares les permitirá reunir datos valiosos para aplicar en cualquier cohete, con el fin de avanzar en el programa espacial.

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