domingo, 12 de diciembre de 2010

Computacion en la nube por Google

Este post es una versión de la charla que dio Eric en el evento de Chrome el martes 7 de diciembre, la cual puede verse en YouTube.

El martes anunciamos una serie de novedades sobre Chrome y sobre el sistema operativo Chrome OS. Para mí, estos anuncios han sido unos de los más importantes en mi carrera, ya que son un vívido ejemplo del verdadero poder de la ciencia computacional para transformar la vida de la gente. Es extraordinario cómo plataformas muy complejas pueden producir soluciones increíblemente simples como Chrome y Chrome OS, que cualquiera puede usarlas fácilmente desde el principio. Lograr algo así es bastante difícil, y la historia está llena de ejemplos al respecto.

En 1983, fui parte de un equipo en Sun que se enorgulleció en anunciar las máquinas 3M. Las "M’s" eran de un megapixel, un megahertz y un megabit. Y como parte de ese proyecto, también presentamos una computadora sin disco. O sea que este concepto no es nuevo; aunque en rigor de verdad, hay pocas ideas genuinamente nuevas en el mundo de la ciencia computacional. La última idea realmente nueva surgió en 1975, con la encriptación pública. De modo que siempre estamos volviendo sobre las viejas ideas, ya sea porque nos fascinaron y funcionaron, o porque eran buenas pero no pudimos hacerlas funcionar.

En retrospectiva, me pregunto qué fue lo que hizo que esto fuera tan difícil. Después de todo, teníamos todo el arsenal tecnológico.Y entonces se inventó Internet. Pero la red no es en realidad computación en la nube; es una importantísima fuente de información, probablemente la más importante que se haya inventado. Un ciclo de innovación clave en le red comenzó en 1995: recuerden el IPO de Netscape, Java y todo eso. En definitiva, esto condujo a que en 1997, Oracle (y un grupo de gente entre quienes estaba yo) anunciara “la computadora de la red”. Eso es exactamente de lo que estaba hablando el equipo de Chrome de Google el martes. Pueden ahora mismo utilizar su motor de búsqueda favorito y buscar lo que dije en el evento.

Entonces, por qué será que no funcionó la primera vez y por qué las cosas serán diferentes esta vez. Bueno, es evidente que al mismo tiempo que teníamos razón, también estábamos equivocados. Teníamos razón en que los problemas subyacentes –en especial la complejidad- eran realmente problemas. Pero fracasamos porque no pudimos construir buenas aplicaciones sobre las tecnologías web disponibles en ese momento. Pudimos construir recursos de información, para que se pudiera leer y hacer algunas cosas, pero la red no podía competir con la escala y el poder de las aplicaciones de escritorio existentes, como Ole y Win32, y varias APIs de Mac.

Son varias las razones por las que Chrome y Chrome OS son posibles hoy. Primero, el factor tiempo. De acuerdo con la denominada ley de Moore (factor de mil en 15 años), nuestras redes, CPUs y pantallas son mil veces más veloces ahora que hace 15 años. Eso significa muchos más caballos de fuerza en el nivel de redes y disco, lo que a la vez implica que los discos son más rápidos y la red es más confiable. Otra razón es la tecnología. Asynchronous JavaScript XML, o AJAX, apareció en 2003/04, y habilitó las primeras aplicaciones web realmente interesantes, como Gmail. Y de repente, todo el mundo estaba maravillado, porque le encontraban la utilidad a la web... Podían escribir aplicaciones bien interesantes y a la vez podían actualizarlas ellos mismos. Luego apareció una tecnología más general a la que ahora conocemos como LAMP, el acrónimo para Linux, Apache, MySQL, PHP—y Perl, Python y varias otras Ps— que evolucionó como una plataforma para el back-end.

De modo que, de repente, uno tenía un cliente combinado con un back-end que era lo suficientemente poderoso como para sostener un nuevo modelo de programación. En vez de construir estos grandes programas monolíticos, la gente podía tomar pedacitos de código y agruparlos en idiomas como Java y JavaScript.

De modo que con la gran sofisticación que la red posibilita, era necesario tener un navegador moderno que pudiera manejar todo. O sea, sencillamente había que construir a Chrome. Como ocurre a menudo, Larry y Sergey se me adelantaron en esto. Desde mi primer día en Google, dejaron bien claro que teníamos que estar en el negocio de los navegadores y de los sistemas operativos. Como esos temas no me interesaron, dije que no. Entonces ellos, astutamente, fueron y contrataron varios ingenieros computacionales muy brillantes para que trabajaran en el exitoso navegador Firefox, que Google ayudó a solventar a través de un acuerdo de publicidad, y ese mismo equipo fue el que luego pasó a construir Chrome.

De modo que hemos pasado de un mundo en el que teníamos discos confiables pero redes no confiables, a un mundo en el que tenemos redes confiables y básicamente no tenemos discos. Desde el punto de vista de la arquitectura, esto es un cambio enorme; y con HTML5 es ahora finalmente posible construir sobre la plataforma de un navegador la clase de poderosas aplicaciones que uno da por sentadas en una PC o Macintosh.

Con Chrome OS, tenemos en desarrollo una viable tercera opción en sistemas operativos de escritorio. Antes, no existía una alternativa de computación en la nube; ahora tenemos un producto que es veloz, robusto y lo suficientemente escalable como para apoyar plataformas poderosas. Es algo con lo que los científicos computacionales han venidos soñando durante muchos años. Es esa especie de magia que podíamos imaginar hace 20 años pero que no podíamos hacerla realidad porque faltaba la tecnología. A medida que los desarrolladores comiences a jugar con nuestra computadora beta Cr-48 Chrome OS, verán que a pesar de que aún estamos en los comienzos, funciona increíblemente bien. Se puede construir cualquier cosa que antes se hacía con client software, pero aprovechando todas las ventajas de la web.

Me enorgullece ver lo que un pequeño equipo trabajando como start-up dentro de Google ha logrado en tan poco tiempo. De acá a 20 años, estoy seguro de que cuando miremos para atrás será evidente que este fue absolutamente el momento justo para construir estos productos. Debido a que estos productos funcionan —y funcionan a escala—estoy convencido de que tendrán un gran éxito. Bienvenidos al capítulo más reciente en este viaje épico. Bienvenidos a Chrome OS.

Por Eric Schmidt, Chairman y CEO de Google


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